Divulgación de la ciencia a pie de montaña y de mar

jueves, 29 de diciembre de 2011

Nº 2 de Journal of Feelsynapsis, la revista de divulgación científica online gratuita... ¡ya disponible!

Hoy traigo muy buenas noticias y es que desde hace unos días es posible disfrutar del segundo número de la revista de divulgación científica Journal of Feelsynapsis. 

Portada del número 2 de Journal of Feelsynapsis. Es una obra de Hugin and Munin y de un servidor.

Como en el primer número, en éste, vamos a encontrar un conjunto de artículos de primer nivel de diversas temáticas como geología, tecnología, evolución, vacunas, bioquímica, un homenaje a Lynn Margulis, un viaje acuático entre bosques de posidonias... y muchas temáticas más. Podemos encontrar hasta un relato de ciencia ficción. Aquí tenéis el índice con todos los contenidos que vais a poder leer.



Algunos de los colaboradores del anterior número repiten en este y se unen nuevos compañeros con excelentes artículos. Pero si pensáis que ahí acaban todas las novedades, estáis muy equivocados. Aparece una nueva sección donde se da la oportunidad a estudiantes de iniciarse en el camino de la divulgación, naciendo así JoF en las aulas. Además ¡ahora los lectores pueden opinar! Existe la posibilidad de discutir algunos de los artículos en el blog de Feelsynapsis, haciendo más participativo y bidireccional este intercambio de conocimiento. Por si no fuera poco se ha añadido un botón de descarga directa en pdf lo cual hará más fácil el almacenaje de la revista. Y el resto de novedades las tendréis que ir encontrando vosotros mientras devoráis ávidamente la JoF, ¡no os voy a dar todo hecho!

Respecto a mi colaboración en este número dos ha sido doble. Por una parte, la portada es un trabajo conjunto entre Hugin and munin y yo. En mi caso aporté el dibujo y el resto de diseño es obra de mis compañeros. La portada es esa que habéis podido ver ahí arriba.

Y mi segunda colaboración es un artículo sobre impronta filial llamado: "Imprinting. Amor a primera vista". Para ilustrar este artículo, mi compañero Jose María Llama me cedió la imagen del cisne que abre el artículo y no quería perder la oportunidad de darle las gracias por su amabilidad.

Este es el comienzo de mi artículo. No te quedes con las ganas de leerlo, ni el de ninguno de mis compañeros.

Sin más, espero que disfrutéis mucho del segundo número de Journal of Feelsynapsis, ya sea leyéndola online o descargándola en pdf. Y recordad... ¡es gratis! La ciencia está de enhorabuena por segunda vez.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Échale narices al frío.

Parece que esta vez el invierno está llegando para quedarse. Es hora de encender la chimenea o pegarse a los radiadores bien alimentados por las calefacciones pero... ¿qué pasa ahí fuera? ¿en la naturaleza? Pues desgraciadamente los animales muchas veces han de soportar temperaturas muy poco agradables y lo solucionan gracias a adaptaciones muchas veces curiosas e ingeniosas, si no que se lo pregunten a los macacos japoneses de los que hablábamos en una entrada reciente que aprovechaban las aguas termales para calentarse. No vamos a encasillarnos en los macacos, ya hablamos de ellos y han recibido de nuevo una merecida atención pero nos vamos a centrar en otras adaptaciones al frío.

Por lo general, un animal que detecte una pérdida de calor, erizará el pelaje o las plumas y se desplazará a un lugar más resguardado, con esto consigue reducir la convección y la disipación de calor corporal por el viento. Es lo que entre nosotros solemos decir "tienes piel de gallina" o "tienes piel o carne de pollo" según los distintos lugares. Además cuentan con unas gruesas capas aislantes de grasa subcutánea o de un grueso pelaje o plumaje que los aisla del frío externo. Por si no fuera poco el grosor de estas capas cambia según sea la estación del año, ajustando la calidad del aislamiento de acuerdo con las necesidades del animal.

El párrafo anterior es una pincelada muy general, puesto que este tema da para escribir un libro entero. Habrá más post entrando en detalle de adaptaciones al frío. Pero hoy quiero centrarme en una de ellas. La de un mamífero artiodáctilo que habita en Asia central. Se trata del saiga (saiga tatarica). A todos nos habrán dicho alguna vez que es mejor respirar por la nariz que por la boca, además de porque existen barreras dentro del aparato nasal para retener posibles elementos perjudiciales (microorganismos, bacterias, aeropartículas...), porque el aire se calienta en el recorrido que traza hacia los pulmones. El saiga vive en estepas con un marcado clima continental y árido, lo cual supone que en invierno tenga que soportar un frío intenso y en verano, una temperatura muy elevada de forma que el suelo está muy seco y se levanta mucho polvo. La evolución ha dotado a los saigas de una curiosa y alargada nariz en forma de probóscide muy móvil que, aunque no se sabe con certeza, se cree firmemente que supone una adaptación que calienta el aire gélido del invierno y filtra el polvo en verano.

El saiga (saiga tatarica), un artiodáctilo que le echa narices al frío.

Ya que estamos hablando de los saigas, no me resisto a poner otra curiosidad sobre este animal lleno de sorpresas y es que tiene una inmadurez muy poco duradera, es capaz de tener descendencia pasados sólo los 8 meses de vida, pero todavía más increíble es que el primer parto siempre está formado por gemelos, pero en todos los restantes parirán a una única cría.

Así que, ahora que de verdad llega el invierno, si alguien os dice "hace un frío de narices" seguro que encontrais el sentido biológico de la frase en los saigas.