Divulgación de la ciencia a pie de montaña y de mar

miércoles, 21 de marzo de 2012

Los leones "comehombres" de Tsavo

John Patterson con el primer león cazado

¿Quién no ha escuchado alguna vez historias y leyendas en torno a animales misteriosos como el lobo, el tiburón, el oso etc... que mataban con alevosía a hombres y los devoraba?. La mayoría de estas leyendas han ocasionado que se genere temor por estos animales, infundado principalmente por el desconocimiento. Pero algunas de estas historias pueden tener un atisbo de verdad...

Era marzo de 1898 cuando la empresa Uganda Rail Way inició en Tsavo (Kenia) la construcción de un puente ferroviario que uniría las líneas de Kenia y Uganda, proyecto dirigido por el teniente coronel e ingeniero británico John H. Patterson. La construcción de tal puente hubiera sido algo normal si no fuese por ciertos acontecimientos ocurridos.

La leyenda toma forma, cuando dos leones que merodeaban el campamento ferroviario sembraron el terror entre obreros británicos y lugareños de la etnia Taita. Durante la construcción muchos de los obreros fueron asesinados y devorados por estos leones a los que se les apodaron como " leones comehombres de Tsavo" y a los que, según el coronel Johnn Patterson, se le atribuyeron 135 muertes humanas considerándoseles la reencarnación de los espíritus del mal hasta que fueron abatidos por el propio coronel J. Patterson en diciembre de ese mismo año (9 de diciembre el primero de ellos y el 29, el segundo). Actualmente se pueden encontrar sus restos disecados en el Museo Field de Historia Natural de Chicago.


Leones disecados expuestos en el Museo Field de Historia Natural de Chicago


Pero, ¿de verdad eran tan fieros?. Una nueva investigación llevada a cabo por el antropólogo Nathaniel J. Dominy sacó a la luz la verdadera historia de los dos depredadores, incluyendo cual fue su dieta por aquel tiempo , a cuántos hombres se comieron y su patrón estratégico de caza.

Los leones eran dos machos que al parecer cazaban en pareja, se escondían entre los matorrales y saltaban sobre sus víctimas. El número de víctimas siempre ha sido siempre motivo de controversia y «un rompecabezas histórico durante años», según comenta Nathaniel J. Dominy, ya que la compañía ferroviaria registró la muerte de 28 trabajadores mientras que J. Patterson elevó las víctimas a 135 personas. «Es lógico que la compañía del ferrocarril tuviera razones para querer reducir el número de víctimas, y Patterson podría haber tenido motivos para inflarlo. Entonces, ¿en quién confiar?».

Se analizaron muestras de pelo, huesos y dientes de los dos felinos y se llegó a la conclusión de que uno de los leones había devorado a 10 u 11 personas mientras que el otro acabó con la vida de 24, lo que hace un total de 35 personas, una cifra que se acerca más a los registrados por la empresa ferroviaria que al número dado por Patterson. Además se observó que en el último año de vida de los leones la mitad de la dieta de un león se componía de humanos y el resto estaba compuesto de gacelas e impalas, mientras que en el otro se componía básicamente de herbívoros, por lo que se llegó a la conclusión de que ambos trabajaban juntos para dispersar a sus víctimas pero no compartían las presas.

Por regla general, los leones realizan cazas cooperativas cuando el tamaño de la víctima es realmente grande, pero el tamaño de un humano es suficientemente pequeño como para realizar una caza en solitario.

Estos leones eran más débiles que sus congéneres y junto con una serie de condiciones, pudieron haber alterado temporalmente su comportamiento; acontecimientos como la sequía o las enfermedades que agotan la disponibilidad de las presas habituales. Además uno de los depredadores tenía una lesión en la mandíbula y graves problemas dentales, así como deformaciones en el cráneo, lo que probablemente había disminuido mucho su capacidad de cazar, así que se decantó por los débiles hombres.

B) y D) muestran las deformaciones dentales y del cráneo

Para quitar el miedo, decir que los humanos no somos la "comida" preferida de los leones, que este hecho ha sido un caso puntual, consecuencia indirecta de otras causas como malformaciones etc. No hagáis caso de todo lo que sale en las películas, que sólo son eso, ficción.


Artículo de referencia:

Yeakel, J., Patterson, B., Fox-Dobbs, K., Okumura, M., Cerling, T., Moore, J., Koch, P., & Dominy, N. (2009). From the Cover: Cooperation and individuality among man-eating lions Proceedings of the National Academy of Sciences, 106 (45), 19040-19043 DOI: http://www.pnas.org/content/106/45/19040






viernes, 2 de marzo de 2012

¿Interesa tener castores en el Ebro?

Los castores europeos (Castor fiber) son los roedores más grandes de eurasia y están muy ligados a las riberas de ríos y otras zonas de agua donde construyen sus características presas o diques. En el interior de estas formaciones suelen construir su madriguera aunque a veces también la sitúan en uno de los márgenes del curso acuático. Gracias a sus poderosos incisivos son capaces de derribar árboles con los que construyen estos diques y que a su vez les proporcionan alimento.

Castor europeo (Castor fiber)

Estos animales han vivido en la península ibérica hasta hace no mucho tiempo. Hay restos de castores en yacimientos arqueológicos (incluso en Atapuerca) y los últimos registros de la especie como residente datan del siglo XVII lo que demuestra que no es una especie ajena a nuestros ríos y si no fuera por la importante persecución que sufrieron por su piel y por una secreción glandular llamada castoréo muy cotizada en artículos de perfumería, además del deterioro de los hábitats acuáticos, muy posiblemente el castor hubiera mantenido poblaciones viables hasta la actualidad.

Pues bien, desde el año 2000 se tiene constancia de la presencia nuevamente de castores en la cuenca del río Ebro gracias a una suelta ilegal (acto reprovable y condenable) de unos ejemplares que provinieron de un centro de cría en cautividad alemán. A partir de ese momento la población de estos roedores ha ido en aumento. La respuesta de los gobiernos de Navarra y Aragón, lejos de celebrar un aumento en la biodiversidad de sus comunidades, ha sido promover campañas de erradicación con el resultado de unos 100 ejemplares eutanasiados hasta la fecha.

Pero, ¿por qué quieren exterminar a una especie que hasta hace muy poco vivía en nuestros ríos y que aporta diversidad a nuestros ecosistemas? Si me apuran hasta se trata de un animal que cae simpático a la mayoría de la gente. Además, en el Ebro hay otras especies introducidas igualmente que son mucho más dañinas y con ellas no se hace absolutamente nada. Pues la respuesta es sencilla. El castor es una especie prioritaria para la unión europea que cuenta con planes de reintroducción en más de 25 paises europeos y que de quedarse en España, conllevaría la obligación de crear un plan de conservación que gestionara todos los ecosistemas de ribera del río Ebro. Esto significa un enorme gasto que por lo visto no está previsto asumirse y además este plan de conservación entraría en confrontación con proyectos de urbanización, cultivadores de chopos, etc. Entonces ¿cúal es la solución de los gobiernos de Navarra y Aragón? Acabar con el castor definitivamente. Es una solución cobarde y triste que atenta directamente contra nuestra diversidad histórica y actual pero ya sabéis eso que dicen: muerto el perro se acabó la rabia.