Divulgación de la ciencia a pie de montaña y de mar

domingo, 1 de abril de 2012

Sangrar por los ojos.

Entre los reptiles hay una cantidad de estrategias de defensa sorprendente. Algunas muy llamativas y conocidas como el despliegue que demuestra el clamidosaurio o lagarto de gorguera australiano (Chlamydosaurus kingii), que, cuando se siente intimidado, muestra la modificación cutánea del cuello e infla su cuerpo. Otros reptiles pierden la cola voluntariamente como las lagartijas. Algunos confían en la inmovilidad y para ello "se hacen los muertos" o se quedan muy rígidos (también llamado inmovilidad tónica). Otros planean de árbol a árbol gracias a unas modificaciones de la piel y el esqueleto como los dragones voladores... Y así podríamos citar otros tantos ejemplos.

Clamidosaurio o lagarto de gorguera australiano. (Chlamydosaurus kingii).

Pero hoy vamos a centrarnos en una estrategia que ha desarrollado los lagartos cornudos de Norteamérica (P. Primero, voy a presentar a uno de nuestros protagonistas:

Lagarto cornudo del sureste de Norteamérica. (Phrynosoma solare).

Como se puede ver, la primera barrera que va a encontrar  un depredador son una cantidad de espinas de un tamaño tan importante que lo hacen una presa poco apetitosa, pero por si acaso todavía estuviera incluído en el menú de algún animal, tiene una segunda y singular habilidad, ha desarrollado mecanismos para lanzar chorros de sangre desde los senos de sus ojos, lo cual disuade al depredador de atacar. Se ha comprobado que este comportamiento es especialmente efectivo para ahuyentar a zorros y coyotes. En el siguiente vídeo podéis ver a nuestro amigo en acción.

4 comentarios:

  1. La naturaleza no deja de sorprenderme... Y me alegro.

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  2. Es exactamente lo que me pasa a mi cada vez que pongo Tele5

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  3. Jajajaja es que hay cadenas que es mejor borrar del mando de la tele!!

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