Divulgación de la ciencia a pie de montaña y de mar

lunes, 14 de noviembre de 2011

Aves: ¡qué duro es ser padre!

La gente se pregunta por el sentido de la vida: ¿para qué estamos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, cada cual tiene su propio sentido de la vida pero lo que es seguro, y dando una respuesta desde el punto de vista biológico, es que una de las misiones que tenemos es dejar nuestros genes a través de la descendencia y que se vaya manteniendo a lo largo del tiempo. Tener un buen fitness o éxito reproductivo.

Pero claro, dejar tus genes no es tarea fácil, tiene un elevado coste energético y eso lo saben muy bien las aves, especialmente las hembras, por eso se da tanto una selección sexual por parte de las hembras como por parte de los machos. Los machos son capaces de hacer del cortejo todo un ritual con las más maravillosas estrategias para así poder atraer a su dama y conseguir pasar sus genes en la siguiente generación, nadie había dicho que el triunfo fuera fácil de conseguir.

Los machos de cada especie se las gastan muy bien para llamar la atención de las hembras, para ello usan técnicas que van desde los cantos más melodiosos hasta los bailes más insinuantes mostrando su bello plumaje, pasando por los enfrentamientos entre los machos por las disputas del territorio, construcciones de nidos (dignas de ingenieros) y como no, regalos a su amada como pequeños peces (Martín pescador).

Pero las técnicas que ganan por goleada son el canto y el baile. Las aves que conquistan a sus hembras mediante el cante utilizan un amplio y variado repertorio de sonidos, algunos incluso de ciencia ficción. Los machos que utilizan el baile lo hacen exhibiendo todo su plumaje y con una danza repetitiva y continuada frente a la hembra; junto a esos movimientos de plumas se pueden acompañar de melodías o sonidos que producen con distintas partes de su cuerpo, como en el caso de turquitos, avutarda, aves de paraíso etc...





Las hembras han de elegir, entre todos los machos que la cortejan y suelen escoger al macho que presenten mayor capacidad para conseguir recursos, que mejor contribuyan a la cría de la prole, a los machos más territoriales y a los que escapan mejor de sus depredadores frente al handicap de su vistoso plumaje.

Una vez finalizada la conquista, comienzan las labores de construcción del nido, para ello realizan muchísimos viajes buscando musgo, pelos, hilo, ramas, barro etc... llegando a construir complejas estructuras como nidos colgantes (pájaro moscón), nidos en forma de copa abierta o viviendo nidos comunitarios, en la que todos participan en su construcción (cotorra argentina). Otras aves como las rapaces nocturnas utilizan oquedades de árboles (mochuelo), ponen directamente los huevos sobre el suelo (acuáticas, alcaraván etc...), sobre una plataforma flotante construida a partir de vegetación acuática que sujeta con cañas de la orilla (somormujo lavanco), en simples agujeros en paredes (abejarucos), etc...


Sea cual sea la forma de conquistar a la pareja o el tipo de construcción del nido, las aves son el claro ejemplo de lo complejo que es el arte del cortejo y el esfuerzo que conlleva para al final lograr el sentido de la vida, dejar su huella genética.

5 comentarios:

  1. Aaays si es que lo que tenemos que hacer los hombres... Los leks de los urogallos también son cortejos chulos y el de los somormujos es un espectáculo!

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  2. Hola! no sabia que tenias blog! te agrego al mio, www.elrincondelsherpa.blogspot.com un besote!

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  3. Jajaja pero es tan bonito!!! ver a los machos exhibiéndose ;)... lo malo es que luego no sean escogidos :S.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Me ha gustado mucho el post. Me alegro de que porfin se empiece a valorar lo dificil que es ser macho en los tiempos que corren. Lo digo medio en broma y medio en serio. Saludos cordiales y enhorabuena por el blog.

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