Divulgación de la ciencia a pie de montaña y de mar

martes, 14 de febrero de 2012

Lo mejor dentro de lo malo.

Hay muchas especies de animales en las que la variabilidad que se observa dentro de toda la gama de estrategias de apareamiento que llevan a cabo se debe a que parte de los individuos de esa especie no son capaces de desarrollar con éxito la estrategia más óptima. Esta estrategia con mayor éxito puede consistir en defender un territorio, mantener un harén para lo cual se necesitará ser uno de los individuos más fuertes...

Ingeniosamente, existen otras estrategias menos existosas reproductivamente, pero que otorgan la opción de aparearse a algunos individuos que siguiendo la estrategia óptima tendrían pocas o nulas posibilidades. Estos individuos suelen ser machos y se les suele llamar machos satélite. Pongamos un ejemplo. En el sapo corredor (Epidalea calamita, tradicionalmente Bufo calamita) existen estos machos satélite. Al llegar la estación reproductora, los machos más grandes se establecen en un territorio y comienzan a cantar para atraer a las hembras. Pero hay machos pequeños que se sitúan cerca de los machos cantores en silencio e intentan interceptar a las hembras que van hacia los machos más grandes y realizar una cópula furtiva.

Sapo corredor en el Parque Natural de Peñalara.

Se ha comprobado que los machos satélite no cantan porque no consiguen hacerlo tan fuerte como los machos dominantes y al retirar manualmente a los machos dominantes de los territorios, los machos satélite comienzan a cantar. Pero si se sitúa en los territorios un altavoz que reproduce los cantos del macho dominante aún sin estar éste, los machos satélite vuelven a silenciarse y a adoptar su estrategia satelital.

La estrategia del macho satélite produce menos beneficio que la estrategia principal, se ha visto que el 60% de los machos son dominantes y el 40% son satélites, pero ése 60% de machos dominantes consigue el 80% de apareamientos. Entoces, ¿por qué existen estos machos satélites? Pues existen dos posibles respuestas. Una es porque pueden tratarse de individuos juveniles que pasarán a utilizar la estrategia óptima cuando crezcan y la segunda razón es que se trate de individuos en mala condición que nunca podrán adoptar la estrategia óptima. En cualquier caso, buscan lo mejor dentro de lo malo.

1 comentario:

  1. Qué interesante!!

    La verdad es que las dos posibles explicaciones finales son coherentes pero no hay estudios que indiquen la edad de los machos satélites? al menos esto podría descartar la otra opción...

    Un saludo chicos

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